Tras una copiosa cena, hablamos con el guia que nos iba a acompañar, y determinamos el barranco que haríamos al día siguiente, El Peonera. Despues nos fuimos a dormir.
Al día siguiente, nos despertamos temprano y cargamos todo el material en el coche. Cuando llegamos nos equipamos y cominamos unos 50 minutoas hasta llegar a la entrada del barranco. Su descenso no presentaba dificultad alguna, pero en él lo pasamos muy bien.
Si tengo que destacar algo en este barranco, sin duda alguna son los saltos y sus paisajes.
Éste es el último salto.
Cuando acabamos el barranco fuimos al hotel, y como nos pareció que no habíamos quemado suficiente adrenalina, decidimos ir a una via ferrata por nuestra cuenta.
Este es el valle por donde transcurría la via ferrata.
Regresamos al coche
Puente tibetano
Final vía ferrata.
Cumbre.
Grieta del puente tibetano.
Senda de regreso al coche.
Por la mañana, tras desayunar con el guía, cargamos en nuestro coche todo lo necesario para realizar el barranco del día, que fue el Formiga. Éste es más caudaloso, y en él te encuentras sifones y rápeles de todo tipo.
El barranco Formiga, es el que más me ha gustado de todos los que he descendido, a pesar de ser también el más duro.
Cuando acabamos la actividad, nos montamos en el coche y regresamos a Sinarcas. Volvimos muy cansados, pero con la ilusión de subir el nivel para el verano próximo.
Cuando acabamos la actividad, nos montamos en el coche y regresamos a Sinarcas. Volvimos muy cansados, pero con la ilusión de subir el nivel para el verano próximo.
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